Hay ciertos errores, destacando entre los últimos el de la calle Comandante Barja, ubicada entre Alfredo Vicenti y la avenida de Buenos Aires, junto a la playa de Riazor.

Se califica a este comandante como “falangista y jefe de la Bandera Legionaria Gallega, creada al principio de la guerra civil y que salió de A Coruña rumbo al frente de batalla”.

DE ÁFRICA AL RETIRO VOLUNTARIO
El comandante Juan Barja de Quiroga había ingresado, con 14 años, en la Academia de Infantería de Toledo. Salió tres años más tarde con la graduación de teniente. Se diplomó en Estado Mayor tras hacer los cursos en la Escuela Superior de Guerra. Fue destinado a Marruecos, donde participó en diversas acciones bélicas, y estuvo durante un tiempo a las órdenes del entonces teniente coronel Emilio Mola.

Tras la proclamación de la República se acogió al retiro de la llamada “ley de Azaña”. Se hizo profesor mercantil y terminó los estudios de Derecho. Colaboró en la revista Acción Española, de inspiración derechista.

UNA MUERTE SOSPECHOSA
El 18 de julio de 1936 se hallaba en A Coruña, donde triunfó el alzamiento, y se puso a las órdenes de las nuevas autoridades. Creada la Bandera Legionaria Gallega, fue nombrado jefe y salió el 28 de agosto para el frente norte, participando en acciones como el cerco de San Sebastián. Tras regresar con su unidad a A Coruña, volvió a salir para el frente. Murió el 1 de enero de 1938 en Teruel.

El historiador José Antonio Durán, basándose en testimonios de la propia familia Barja, escribirá años después, en un reportaje publicado en La Voz de Galicia, que los disparos que causaron la muerte del militar fueron hechos desde su retaguardia. El motivo parece ser que Barja había criticado al propio Franco por su deseo de permanecer en el poder al término de la contienda, cuando debería reponer la monarquía que encarnaba Juan de Borbón. Para cubrir las apariencias, el régimen la concedió la medalla militar individual y lo ascendió a teniente coronel por méritos de guerra.

UN HIJO ANTIFRANQUISTA
Su hijo, Juan Barja, fue abogado y militar miembro de la Unión Militar Democrática (UMD), varios de cuyos miembros, tras ser denunciados por el general Milans del Bosch, fueron detenidos y encarcelados en los últimos años de Franco por manifestar su oposición a la dictadura.

Juan Barja defendió a varios de estos militares en los consejos de guerra a los que fueron sometidos. Escribió una novela, La máscara del antroiodo, cuya acción se sitúa en A Coruña y en uno de cuyos párrafos calificada a su padre, al que cambia el nombre, como “un héroe inútil”.

FALTA DE INFORMACIÓN
No parece muy acertada, pues, la supresión del nombre de la calle dedicada al comandante Barja de Quiroga, cuandosu muerte y pensamiento político, sobre todo antes y durante la guerra, lo situaban lejos de la adhesión a Franco, de la que también se alejó su hijo.

El gobierno municipal coruñés parece, en esta y en otras ocasiones, estar mal informado y dispara contra todo lo que huela a militar. Incluso lo intentó con la calle Comandante Fontanes, que corre paralela a la delegación de Hacienda, cuando este militar murió en Marruecos en 1925, once años antes de la guerra civil.

Peor fue a finales de los años 70 del pasado siglo, cuando el concejal César Pintos, del Bloque Nacionalista Galego, quiso eliminar el nombre de la calle Capitán Troncoso -junto a la plaza de María Pita- hasta que alguien mejor informado tuvo que decirle que Troncoso había sido uno de los héroes coruñeses que defendió la ciudad cuando el ataque de Francis Drake en el año 1589.

Fuente: corunadn.es